El Renacimiento: la primera filosofía moderna

Este libro es un breve y a la vez interesante resumen de la filosofía renacentista. Su autor, Rafael Herrera Guillén, es doctor en filosofía y profesor de la UNED. Ya he comunicado a mis lectores que estoy cursando la carrera de filosofía precisamente por la universidad nacional de educación a distancia, y debo decir que el profesorado es aún mejor que el de las universidades presenciales. Este ensayo propone ver la filosofía renacentista como una época en sí misma, precursora de la filosofía moderna. A través de sus páginas podemos apreciar el pensamiento de los grandes intelectuales de la época. Burckhardt dijo que el Renacimiento introdujo el concepto de individuo e individualidad en la historia. Boscán le escribe a Garcilaso de la Vega y le dice que “somos hombres nuevos”. La mentalidad de los pensadores renacentistas es de completa ruptura con la escolástica de la Edad Media, si bien es cierto que la escolástica persistirá en autores tan importantes como el padre Suárez. Pero lo que se redescubre en la Italia de los siglos XV y XVI son los diálogos perdidos de Platón. Así, Marsilio Ficino podrá ver en Platón al Moisés ático. Pico Della Mirandola dirá que el hombre es autor de su propio destino, que puede ser ángel o demonio, pues no tiene una esencia definida. El ángel no puede ser malo. El demonio no puede ser bueno. Dios no puede destruirse. El hombre sin embargo, puede alzarse hasta la divinidad o descender hasta los infiernos, así como tiene la capacidad de suicidarse. En este sentido de libertad se puede decir que el hombre es superior a Dios, o al menos igual a él. Pomponazzi habla de la mortalidad del alma, que era lo que pensaba Aristóteles, pues el Estagirita sólo habla de la inmortalidad del intelecto agente, que es inmortal y eterno, sin mezcla. Esta negación de la inmortalidad personal dará como resultado que el hombre sea como la bestia, mortal y perecedero, como establece el Eclesiastés (3:20-21) También hay lugar para las utopías que crearon hombres como Tomás Moro, Tommaso Campanella o Francis Bacon. El descubrimiento de América daría lugar a un pensamiento renovado de una tierra inexplorada en la que los nativos no conocerían la maldad ni estarían corrompidos por las guerras ni las disputas políticas. Otro tema analizado en el libro es la historia de la religión, es decir, el desarrollo de la Reforma luterana, que defendía la libertad de conciencia y la libre interpretación de las Escrituras, lo que conllevó las llamadas guerras de religión, que dejaron varios millones de muertos junto con las luchas entre los poderes nacionales emergentes y el imperio. Un ejemplo de esto es la lucha eterna entre Francisco I y Carlos V. El libro finaliza con un estudio de la filosofía de la naturaleza, con lo que se adelanta a los descubrimientos de Galileo, el padre de la ciencia moderna. Ya Giordano Bruno había defendido la infinitud del universo, pero más desde una visión metafísica que científica. Esto le costó la muerte en la hoguera en 1600.

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