Libro del cielo y el infierno

Esta obra de colaboración entre Borges y su íntimo amigo Bioy Casares es una recopilación de las distintas visiones que las mitologías, las literaturas y las filosofías han labrado sobre las concepciones del cielo y el infierno. Desde los infiernos de los budistas hasta el cielo cristiano, todo está entremezclado con un halo de erudición mágico y libresco. Borges concebía el paraíso como una biblioteca. Los musulmanes conciben el cielo como un espléndido lugar donde las vírgenes se van turnando para dar placer a los hombres bienaventurados. Se dice que Mahoma, en su visión del cielo, estuvo durante más de cien años allí, aunque en la Tierra habían pasado escasos segundos. El tiempo de Dios no es el tiempo de la creación. Algunos pensadores griegos, influidos sin duda por la filosofía hinduista, creían en la transmigración de las almas. Pitágoras fue el primero, Platón el que siguió esa doctrina de su maestro. Hay una enorme diferencia entre los creyentes en el cielo y el infierno como lugares reales, y los que sólo los consideran estados del alma. En la Divina Comedia, Dante establece la jerarquía de los condenados al infierno en nueve círculos dependiendo de la gravedad del pecado. Asimismo hace igual con el cielo. Cada creyente percibe a Dios según la capacidad de su alma. Swedenborg sin embargo creía que el cielo y el infierno son lugares que cada uno elige con su propia voluntad después de la muerte. No es un juicio, sino una elección libre. Los demonios no pueden ser felices en el cielo, por eso buscan otros demonios. Son felices en la mentira, en el engaño y en la falsedad. En el paraíso perdido de Milton, Satanás dice que “which way I fly is Hell, myself am hell”, que traducido significa por dondequiera que voy es el infierno. Yo soy el infierno. Esta misma concepción es la que tiene Marlowe en su Fausto. El infierno está donde van los demonios. Algunos autores han descreído de la doctrina del Cielo como lugar de recompensa en la vida ultraterrena. Así, Shaw dice en su Major Barbara que “me he librado del soborno del Cielo”.Charles Lamb, en sus Essays of Elia dice amar la vida y que el Cielo no puede compensar la brisa de la noche, la luna, los vientos de la mañana, las conversaciones al sol y las amistades, y hasta la misma ironía. Tennyson se pregunta en uno de sus versos grandiosos de qué vale el Cielo si mi hijo está en el infierno. ¿De qué serviría ganar el Cielo si nuestros seres queridos no nos acompañan) Sería un infierno. Satanás prefirió reinar en el infierno que servir en el Cielo. Se trata del primer revolucionario. Algunas sectas han querido ver en la serpiente la liberadora de la humanidad, como sostienen los ofitas. Ritschl mantiene que la pérdida de la visión de Dios consiste en el rechazo de la redención de Cristo. Esta es la ira de Dios.

Nadie sabe qué hay después de la muerte, pero posiblemente las ideas de cielo e infierno sean meras ficciones y vagas quimeras para tratar de controlar las masas. Las Escrituras son claras, “polvo eres y en polvo te convertirás”, o dicho desde la óptica filosófica, de la nada viene y a la nada volverás.

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