Para conocer una obra literaria, es fundamental empaparse primero de la biografía del autor y del contexto histórico y literario en el que esa obra se ha gestado. El filo de la navaja, una de los libros más famosos de Somerset Maugham, tal vez sea también uno de los más profundos escritos por el autor, ya que se trata de una obra de descubrimiento y realización personal. Maugham fue el escritor más rico de la década de los 30, prolífica en buenos escritores en lengua inglesa. Maugham nació en Francia y durante la Primera Guerra Mundial estuvo en el frente como conductor de ambulancias. Formó parte del conocido grupo conductores de ambulancia literarios, entre cuyos miembros estaban Hemingway, John Dos Passos o el poeta E.E Cummings. De orientación bisexual, Maugham tuvo romances con otros escritores famosos como H.G Wells, W.H Auden, Lytton Strachey o Thomas Mann. La novela que estoy reseñando comienza con el suceso de que Larry, el protagonista, ha sido salvado en el frente de la guerra por un amigo, lo que le ha costado la vida. Larry está comprometido con Isabel, que está locamente enamorada de él, pero no tiene deseos de casarse con ella y sí de descubrir el significado de la existencia humana. Isabel es pretendida por Gray, que finalmente se casa con ella al no querer Larry aceptar un trabajo remunerado y vivir de una pequeña herencia. Larry viaja a París, donde vive como un bohemio y se impregna de toda la literatura de la época. Allí tiene una charla con quien es el narrador de la historia, el propio Maugham, que aparece como un personaje más de la novela. Larry lee a William James y se va cultivando hasta que acepta un pequeño empleo en una mina de Francia. Allí conoce a un polaco con el que marcha a Alemania y aprende el idioma alemán. Por otra parte, Sophie, amiga de Larry desde la infancia, pierde a su marido y a su hijo en un desgraciado accidente. Sophie es alcohólica y cuando Larry muestra su intención de casarse con ella una vez se ha recuperado de su adicción, Isabel la tienta para que recaiga en la bebida, consiguiendo su objetivo, pues sigue enamorada de Larry. En Alemania Larry se hace amigo de un monje, prácticamente asceta, que le habla de la unidad de Dios y de Plotino, de que el mal y el bien provienen de Dios, de los místicos alemanes. No contento con esto, Larry viaja a la India, donde tiene lugar su despertar espiritual. Con un brahmán descubre que las almas transmigran de un cuerpo a otro, que el yo es eterno e inmortal y que el universo es tan sólo un juego de la divinidad, tesis que también defiende el místico Angelus Silesius en el siglo XVII. Iluminado, Larry regresa a Nueva York, donde tiene la intención de dedicarse a conducir un taxi. Sophie es hallada muerte, degollada en el puerto. Con las palabras terminales de la novela asistimos a que cada uno de los personajes ha logrado su finalidad, Isabel, el pertenecer a la alta sociedad, y Larry, la felicidad.
En este libro Maugham puso de manifiesto, como había hecho anteriormente Hermann Hesse, el interés de Occidente en la filosofía oriental y en el saber de la India. Algunos consideran que el héroe principal de la novela, Lawrence Darrell, está basado en Christopher Isherwood, que tradujo el famoso verso que Maugham antepone al inicio de la novela:”Levántate, despierta, busca la sabiduría y date cuenta. El camino es difícil de cruzar como el afilado filo de la navaja, eso dicen los sabios.”