Este libro es un compendio de algunos de los estudios y artículos que Menéndez Pelayo escribió a lo largo de su dilatada carrera. Posiblemente se trate del mayor erudito de la historia de España. Filósofo, crítico de la historia de las ideas, filólogo, historiador, no había rama de las humanidades que no conociese. Hasta el mismo Unamuno lo consideraba su maestro y fue Menéndez Pelayo uno de los integrantes del tribunal que otorgó la cátedra de griego a don Miguel. Su precocidad fue vertiginosa, y se cuenta que con doce años sustituyó a su padre en la clase de matemáticas. También es famosa su memoria prodigiosa y según algunas fuentes, se dice que en su breve vida (vivió sólo 56 años) llegó a leer 40000 libros de los que constaba su biblioteca.
En estos estudios vemos al Menéndez Pelayo más crítico y conocedor de la literatura hispánica. De reseñar es su estudio sobre el Quijote, en el que analiza los precursores de Cervantes, al que Tirso de Molina llamaba el Boccaccio español, ya que Boccaccio fue una de las fuentes predilectas de Cervantes. El Quijote es la obra más importante de la literatura española por antonomasia. Se trata de la primera novela moderna, tal y como concebimos hoy en día el género de la novela. También destacan sus estudios sobre la influencia de las literaturas semíticas en la literatura española, donde don Marcelino se adentra sobre todo en la influencia filosófica de algunos autores como Ibn Gabirol o Avicebrón, autor de la fuente de la vida, en la que la forma y la materia coexisten desde toda la eternidad. También analiza el precedente de Descartes en la obra de Abentofail, el filósofo de Guadix que expone las aventuras de un joven que vive solo en una isla y como llega al conocimiento de Dios a través de las deducciones de la razón.
Es también reseñable el estudio sobre Calderón de la Barca, que en la Alemania del siglo XIX se convirtió en un clásico por encima del mismo Shakespeare. El culto de Calderón en Alemania contrasta con lo poco conocidos que eran otros autores de igual o más valor como Tirso de Molina o el mismo Lope de Vega, de quien dice don Marcelino que es el más alto representante de las letras españolas en el teatro. Así opina también Grillparzer, autor austríaco que encontró en la obra del fénix de los ingenios una naturaleza afín a la suya, que describía los caracteres a la perfección y que era un fiel reflejo de la naturaleza humana. Aunque reconoce que la distancia que existe entre Lope y Tirso o Calderón es inferior a la que existe entre Shakespeare y sus contemporáneos, Ben Jonson, Marlowe, Beaumont y Fletcher. Para don Marcelino Lope estaba a la altura del cisne de Avon, al que sin duda estimaba, pero no se dejaba embelesar por la musicalidad de los versos del autor inglés
Un libro muy recomendable para introducirse en ciertos aspectos de la literatura española, como la Celestina o la poesía mística en España.