Tiempo de silencio

Esta es la única novela que escribió Luis Martín Santos, ya que falleció a la edad de cuarenta años en un accidente de tráfico. Empezó otra novela, tiempo de destrucción, que dejó inacabada. Hay un antes y un después en la literatura española con este libro, que supuso una ruptura y a la vez una continuación de los temas de posguerra. La novela se publicó en 1962, pero está ambientada en el Madrid de 1949, donde la pobreza y la desesperación imperan en un ambiente muy cercano a la ruralidad. Pedro, el protagonista, es un médico investigador de cepas de cáncer que trabaja con ratas, para averiguar si el cáncer es hereditario o si puede tratarse de un virus. Pedro vive en una pensión donde conoce a la dueña y a sus hijas, y todo su ambiente está rodeado de humillación y miseria, como se describe en las primeras páginas cuando acude a las chabolas donde vive el Muecas, que le cuida los ratones de su investigación. Buckley ha resumido la novela como “la historia de un hombre que quiso ser investigador científico y fracasó.”

 

Pedro se mueve por los bajos fondos de Madrid, donde acude a un prostíbulo y un cenáculo literario. Allí hablan de la influencia de Proust y de la superioridad de los escritores americanos sobre los europeos. El Muecas acude a Pedro por su condición de médico, cuando su hija mayor, Florita, se desangra debido a un aborto que su padre ha practicado en casa. Pedro llega cuando la chica ya está muerta, por lo que es inocente de su muerte, pero la policía lo detiene como principal sospechoso. Sólo es liberado cuando la madre de Florita defiende su inocencia diciendo que su hija ya estaba muerta cuando Pedro llegó. Pedro vuelve entonces a su vida de pensión, donde las mujeres quieren que se case con la hija pequeña de la dueña, Dorita. Sin embargo los acontecimientos se tuercen y dan un vuelco inesperado cuando Cartucho, miembro de las clases más bajas y perteneciente al lumpenproletariado, decide vengar la muerte de Florita, su novia. Éste cree que Pedro es el asesino de Florita, que la dejó embarazada y por eso la mató. Así, Cartucho saca una navaja a Dorita y la apuñala en medio de una verbena aprovechando un momento en el que Pedro ha ido a comprar churros. Finalmente Pedro pierde su beca como investigador y acaba convirtiéndose en médico de provincias.

 

La influencia de Pío Baroja en la novela es notable, ya que el protagonista es un antihéroe situado en el Madrid postbarojiano. Tiende a la abulia y a la inacción, como Andrés Hurtado del árbol de la ciencia. Otra influencia clara de Martín Santos es Joyce, y esto se nota en los monólogos interiores que se suceden a lo largo de la novela, intercambiando tiempos verbales y sujetos. Algunos han querido ver en el barroquismo de las descripciones la influencia de Góngora y las Soledades. Recomiendo al lector que lea esta novela, deudora de Baroja y de Cela, pero llena de intensidad y viveza.

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