El viejo y el mar

Última de las obras que Hemingway escribió, esta novela corta le reportaría el premio Pulitzer de 1953, y al año siguiente le sería otorgado el premio Nobel de Literatura. El argumento es bien sencillo. Un viejo que lleva 84 días sin pescar nada se lanza a la mar en busca de un pez que merezca la pena. Tras algún tiempo de lucha incesante, el pez espada pica y finalmente puede atraparlo. Se trata de un pez de dimensiones increíbles. Pero los tiburones lo huelen y se lo comen. Conforme Santiago, nombre del viejo, se va deshaciendo de los tiburones con su arpón, acuden más tiburones al oler la sangre. Finalmente, se comen toda la carne del pez, dejando el esqueleto. Cuando Santiago llega a puerto, los otros pescadores se asombran del tamaño del pez que había pescado, y aunque sólo haya conservado el esqueleto, le respetan como pescador por lo que ha conseguido. Entonces Santiago se echa en su cabaña, soñando con los leones de África, mientras el joven que lo acompaña, Miguel, se siente feliz de ver regresar al viejo. El mensaje del libro es más o menos claro. Hay que luchar contra la adversidad cueste lo que cueste. También se refleja el tema de la soledad del marinero, tan bien descrito por Conrad y sus personajes. La lucha entre el pez espada y el pescador nos recuerda vagamente a la eterna lucha entre el obsesionado Ahab y la ballena blanca. La sencillez con la que está escrito el libro ayuda a su lectura rápida y fácil. Se nota que Hemingway había sido periodista antes de dedicarse a la novela. El mismo Faulkner sostuvo que esta novela está escrita de una manera sobrenatural y divina e inspirada por Dios. Tal vez sea esta la mejor de las obras de Hemingway, pero yo he leído Adiós a las armas, y me pareció un magnífico libro, aunque muy pesimista. Las obras de Hemingway tienen ese toque realista que deja perplejo al lector. Su novela tener y no tener trata del contrabando de armas y personas en la Cuba revolucionaria. Hemingway conoció a James Joyce y a Ezra Pound, con quien sostuvo una intensa amistad. También conoció a los autores de la generación perdida, la de los divinos años veinte, como Scott Fitzgerald o John Dos Passos. Al final de sus días se suicidó, al serle diagnosticado un tumor maligno. Como Lugones dijo, el hombre es dueño de su vida, y también lo es de su muerte.

 

Hemingway es sin duda uno de los maestros de la literatura del siglo XX, y se ha convertido en un clásico. Su escritura fácil y concisa se contrapone con la de su contemporáneo Faulkner, que escribía según el monólogo interior inaugurado por Joyce y que hace del relato un salto en el tiempo desde el punto de vista de los personajes. La literatura está compuesta de pequeñas obras maestras. El viejo y el mar es una de ellas.

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