En este breve ensayo el autor, Samir Okasha, nos introduce en el fascinante mundo de la filosofía de la ciencia. Se trata de un tema de palmaria actualidad, ya que la ciencia ha llegado a un punto de desarrollo que rige nuestras vidas. Ya Aristóteles distinguió entre la deducción, cuyas premisas son ciertas y la conclusión también, y la inducción, que se basa en la suma de hechos particulares, y que por lo tanto no puede llevar nunca a una conclusión válida, sino sólo altamente probable. Fue Hume quien estableció el problema de la inducción y sostuvo que por muchos casos particulares que apoyasen la teoría, nunca se podría deducir un enunciado universal de premisas meramente particulares. Así, las leyes de la naturaleza, serían todas casos de inducción. Este contratiempo ya lo vio Popper, que lo trata en su lógica de la investigación científica. Para Popper, no se puede demostrar la verdad de un enunciado, pero si su falsabilidad. Así, las teorías científicas son válidas en cuanto puedan ser falsables, es decir, en cuanto se pueda probar un caso que contradiga la tesis. Aplicando el modus tollens de la lógica clásica se puede saber si una teoría es falsa o no. Imaginemos que lanzamos una piedra desde lo alto de una torre, como hizo Galileo con los objetos de distinto peso para probar que independientemente de su masa, caían a la vez en la aceleración en el vacío. La piedra deberá caer al suelo siguiendo la ley de la gravedad de Newton, pero no lo sabremos hasta que no lo comprobemos empíricamente. Si la piedra no cayese al suelo, la teoría de Newton quedaría invalidada, a no ser que se acudiese a una hipótesis explicativa de por qué la gravedad no se ha aplicado en este caso en concreto. Thomas Kuhn, en su libro la estructura de las revoluciones científicas explica lo que él denomina cambio de paradigma. Éste sucede cuando una teoría deja de tener valor y pasa a ser sustituida por otra que explica mejor el mundo. Así, esto sucedió con la teoría de Copérnico, que probaba el movimiento de la Tierra alrededor del sol, y no al revés, como creían los que seguían las tesis de Ptolomeo. Durante el cambio de paradigma, los científicos viven literalmente en dos mundos opuestos, pues cada uno explica el universo a su modo. Por este hecho podemos deducir que la teoría de Einstein se asemeja más al universo de Aristóteles que al de Newton, infinito en el espacio y en el tiempo. Otro tema de debate del libro es el de la pugna entre realistas y antirrealistas. Los realistas son los que postulan la existencia de algunos fenómenos de la ciencia, como el electromagnetismo y los átomos. Los antirrealistas, por su parte, afirman que lo que no puede ser observado por el hombre no existe. Así, los átomos y las moléculas son tan solo entes de ficción que sirven para construir teorías y explicar el mundo, pero carecen de realidad extramental.
En definitiva, un libro muy interesante para introducirse en la filosofía de la ciencia, una de las ramas más complejas de la filosofía que existe.