Este libro de Robert Graves es una inmersión en los mitos judaicos y en el esoterismo judío. Toda la historia del pueblo elegido es narrada con lucidez y pasión; la creación de Adán con un polvo especial; Eva, nuestra madre y madre de todos los vivientes; el mito de Lilit, la primera mujer de Adán que fue creada como él del polvo, y que no se sometió sexualmente a él, por lo que huyó y engendró demonios; la caída de Adán y Eva al probar el fruto prohibido instigados por la serpiente. Fue Lucifer, el querubín más bello el que se rebeló contra su Creador y quiso morar más allá de las estrellas. Este mito de la rebelión da una explicación del origen del mal en nuestro mundo. El mal es una deficiencia como lo son las tinieblas. La rebelión de Lucifer y sus demonios contra el omnipotente ha sido narrada con singular maestría por Milton en su paraíso perdido. Samael es el nombre del ángel que se vistió de serpiente y que representa a Satanás. Según algunas historias, Caín sería el hijo de Eva y Samael, y por eso estaría condenado, mientras que Set representa el renacimiento a la vida, hijo verdadero de Adán y Eva y que prefigura a Cristo, como la pureza de Galahad. Samael quería ser él mismo Dios y no quería venerar la obra de Jehová, esto es, la creación humana, pues había sido hecha del polvo y la consideraba inferior. Pero Dios ha creado al hombre superior al ángel, pues éste es capaz de dar nombre a los animales por medio de la palabra, mientras que Samael es incapaz de semejante tarea. Todo lo demás sigue la narración del Antiguo Testamento; el arca de Noé y el diluvio y la salvación de la humanidad; el pacto entre Dios y los hombres con la señal inequívoca del arco iris; la vida y obra del primer patriarca de Israel, Abraham; el sacrificio de Isaac que tanto interesaba a Kierkegaard; el origen de Ismael y de todas las tribus árabes, conocidas como los ismaelitas; Isaac y sus hijos Esaú y Jacob; la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob por un plato de lentejas; luego viene la historia de José y la interpretación de los sueños del faraón de Egipto; el perdón a sus hermanos por haberlo vendido como esclavo; en definitiva, toda la historia del Génesis. Pero también encontramos la importante figura de Moisés y la liberación de Egipto; la manifestación de Dios como zarza ardiente y la entrega de la ley de Dios en el decálogo. Y las misteriosas palabras con las que Dios contesta a Moisés quién es; soy el que soy (Éxodo: 3:14)
El libro a veces hace comparaciones con otras mitologías para dar a entender que todos los mitos indoeuropeos tienen un origen común. El lector erudito podrá sumergirse en las disquisiciones filológicas sobre el origen de los términos empleados por los escritores. Nietzsche dijo que los judíos fueron los primeros en introducir la moral de esclavos. No cabe duda de que la moral judeocristiana está perfectamente representada en este bello libro.