En todas las literaturas hay un poema fundacional. En España tenemos el cantar de Mío Cid. En Francia, la chanson de Roland. En Inglaterra tenemos el poema anglosajón Beowulf, del que voy a hablar. Tolkien, gran estudioso del poema, dijo que era “la más grande de las obras que sobrevivieron del arte poético inglés antiguo”. Borges señala que “el autor logra, acaso sin proponérselo, el efecto de un mundo antiguo, tan antiguo que es anterior a las mitologías y a las teologías.” El poema, como sabemos, es anónimo. El manuscrito se encuentra en el códice “Cotton Vitellius A XV” La fecha de composición estimada del poema está en torno al siglo VIII, escrito un poco más tarde que el himno de Caedmon.
El poema consta de dos partes. En la primera se relatan los combates del héroe con un monstruo, Grendel, descendiente de Caín, por lo que se le considera como un demonio, y la madre de éste, y en la segunda, la lucha fatídica de Beowulf con un dragón. En el primer combate, Beowulf es joven y, sin más ayuda que sus propias manos, es capaz de derrotar a Grendel. La lucha transcurre en el palacio de Heorot,, donde reina Hrothgar y Beowulf disfruta de la compañía de los hombres. En el segundo combate, esta vez con la madre de Grendel, Beowulf tiene que ayudarse de una espada mágica para obtener la victoria. Es de destacar que Beowulf decapita el cadáver del monstruo para evitar que el alma vuelva a entrar en el cuerpo y así consiga la resurrección. Era esta una creencia entre los anglosajones y los pueblos escandinavos. En la tercera confrontación, Beowulf, ya rey anciano, y abandonado por sus hombres, necesita la ayuda de su fiel vasallo para dar muerte al dragón, y además pierde la vida. La crítica ha querido ver en estas tres etapas las etapas de la vida: juventud, madurez y senectud. El paso constante del tiempo nos conduce a la muerte. Por eso dice Quevedo: “en fuga irrevocable huye la hora” A diferencia de la poesía inglesa que se basa en la rima, los poemas anglosajones basan su rima en la acentuación y la aliteración, y éste no es una excepción. Cada verso consta de dos hemistiquios separados por una fuerte cesura que suele indicarse por un espacio en blanco.
La crítica feminista ha querido ver en la madre de Grendel una figura portadora de vida, ya que la lucha es dentro de una cueva subterránea y Beowulf tiene que sumergirse en las aguas para llegar a ella. Esta inmersión ha sido vista como una entrada en la matriz femenina y se ha visto a la espada como símbolo del falo masculino. En mi opinión, nada más lejos de la realidad. La épica es un género ya pasado de moda y típico de la época medieval o antigua. Tenemos la Ilíada como claro ejemplo de epopeya clásica. En Beowulf encontramos la belleza del valor y de las batallas y la recompensa al esfuerzo. También hallamos la inmortalidad, ya que se cree que el autor era cristiano y de hecho hace alusión al poder de Dios omnipotente.