El extranjero

El extranjero es la primera novela de Camus y probablemente la mejor junto con la peste. En ella tiene cabida la preocupación fundamental del existencialismo: el absurdo de lo cotidiano y si merece la pena vivir nuestra vida. Su protagonista, Meursault es un hombre movido por el sinsentido de la vida y el aburrimiento. Sin proponérselo mata a un hombre disparándole cinco tiros y se enfrenta a un juicio en el que le reprochan que no sintió ningún tipo de pena ni lloró durante el entierro de su madre. Durante su estancia en prisión es visitado por un capellán que le intenta convertir a Dios en el último momento. Pero Meursault rechaza a Dios. El marqués de Sade dijo que Dios era el único error por el que no podía perdonar a la humanidad. Camus nos describe a un personaje abúlico, ateo y que no se compromete con las reglas sociales. En su obra el mito de Sísifo, Camus se hace la pregunta fundamental de la filosofía. Esta no es si el espacio tiene tres dimensiones o si el espíritu tiene doce categorías a través de las cuales intuye el mundo. La pregunta fundamental es ¿merece la pena vivir la vida? Heidegger nos habla del Dasein que siente la angustia ante la experiencia de la muerte, que es el afrontamiento de la nada. El suicidio se manifiesta como la única salida a la existencia humana.

Nietzsche anunció la muerte de Dios en casi toda su obra. Un mundo en el que Dios no existe es un mundo sin valores cristianos, sin una moral cristiana que imponga lo bueno y lo malo. Philip Mainlander, en su obra la filosofía de la redención, anunció la muerte literal de Dios. Según Mainlander, Dios, en su sobre esencia, deseó la muerte y se suicidió. El no ser de Dios dio lugar al nacimiento del universo, que se dirige hacia la nada a través de la ley del debilitamiento de la fuerza. Casi nadie ha notado la influencia que tuvo Mainlander en Camus o en Cioran. Éste, en el aciago demiurgo, hace una comparativa con el Dios de Mainlander y de los gnósticos, que crearon este universo con material deficiente. Platón, en el Timeo, sostiene que el universo fue creado de acuerdo con la inteligencia y la necesidad. Esta necesidad es lo que impide que el Bien absoluto se realice, lo que hace que el mal ingrese en el mundo.

La primera vez que leí esta novela quedé asombrado. Debo decir que la he leído por tercera vez y mi asombro no ha decaído. La muerte de los valores tradicionales, la falta de una ética que mueva a los personajes, la total impunidad con la que Meursault es juzgado nos muestran un mundo en el que Dios está ausente. Spinoza dijo que Dios no ama ni odia a nadie. En su filosofía no hay lugar para la libertad ni la contingencia. Al contrario que para Camus o Sartre, para quienes el hombre es totalmente contingente, todo está determinado a obrar de cierta manera. ¿Meursault ha sido libre en su actuación o los poderes del destino se han impuesto a su voluntad? Yo quiero pensar en que somos libres, pero ciertamente nuestra capacidad de acción está muy reducida.

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