Mientras agonizo

Esta novela de Faulkner es, como todas las del autor, de una grandísima intensidad. Fue escrita en 1930 y en palabras del autor “en seis frenéticas semanas” mientras trabajaba como bombero y vigilante nocturno en la central eléctrica de la Universidad de Missisipi. El mismo Faulkner se refirió a ella como un tour de force. La novela narra la muerte de Addie Bundren y el deseo de la familia de enterrarla en el pueblo de Jefferson. Faulkner hace uso de la técnica del flujo de conciencia, y nos presenta a quince narradores extendidos en cincuenta y nueve capítulos. Si hay algo que Faulkner sabe presentar en sus novelas es la intensidad de las emociones carnales. En su obra las palmeras salvajes, uno de los protagonistas dice: “entre el dolor y la nada, elijo el dolor”

Borges dijo de Faulkner que era el primer escritor de nuestro tiempo y que era el más shakespeariano de todos los escritores por el ritmo intensivo de sus libros. Yo no he encontrado a ningún escritor que se le parezca. Faulkner es, junto con Kafka, Proust y Joyce uno de los cuatro más grandes escritores del siglo XX. En estas páginas cargadas de pasiones de odio, de amor y de fraternidad he encontrado similitudes con Juan Rulfo y su obra el llano en llamas. Los dos autores juegan magistralmente con la descripción de la realidad. La concepción de Dios en los personajes de Faulkner es bíblica. Vemos como el concepto del pecado está enraizado en el ADN de los protagonistas. Cash, uno de los hijos de Addie Bundren, prepara el ataúd en el que su madre será enterrada. Vemos como los personajes afrontan la muerte con naturalidad

Todo gran escritor tiene un símbolo que le caracteriza. Dante tiene su infierno y la rosa paradisíaca. Cervantes los vaivenes de don Quijote y Sancho. Virgilio, la fundación de Roma. Swift tiene a sus liliputienses y su república de yahoos bestiales. Kafka ha creado un mundo de sórdidos laberintos. Melville comprende el universo entero con su ballena blanca. Joyce ha creado un mundo infinito acotado en el Dublín de veinticuatro horas. Goethe tiene su Fausto y su pacto con el demonio para después ser salvado por Margarita. Faulkner tiene como símbolo el sur de los Estados Unidos, la gran Depresión del país. Podemos decir que William Faulkner ya ha ingresado en la eternidad con sus memorables obras. El ruido y la furia, mientras agonizo, las palmeras salvajes, son sólo algunos de sus libros más destacados. No hay escritor que no se mimetice con alguna de sus obras. Faulkner está en todas y cada una de las páginas que escribió. Como William James, como Virginia Woolf, Faulkner empleó con inteligencia el flujo de conciencia para presentarnos distintos personajes que saltan en el tiempo para darnos una visión más global del conjunto. Tomado de la obra directa de Joyce, nos sumergimos en las profundidades del alma humana. Addie Bundren ha muerto, lo sabemos, y sus hijos se disputan su memoria a través de intensos capítulos. El campo, la tierra, la lluvia, la oscuridad se cierne sobre estos lóbregos personajes que son de carne y hueso y que nos conmueven hasta hacernos derramar lágrimas.

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